El maravilloso efecto de la música en los niños

Los efectos de la música son impresionantes, especialmente en cuanto a niños se refiere. ¿Cómo actúa en el cerebro una melodía, un ritmo, la letra de una canción? Esto es lo que sabemos.

Una suave melodía, un ritmo vertiginoso o una música estridente, todo, tiene efecto en nuestro cerebro. Los seres humanos somos animales predispuestos para la música: tanto para crearla como para “consumirla”. Las consecuencias de escuchar música se aprecian en nuestro cerebro. Aunque es un campo todavía poco estudiado, las manifestaciones de la música en nuestro sistema nervioso atraen cada vez a más expertos dispuestos a estudiarlas. Pero lo más fascinante probablemente sea los increíbles efectos de la música en los niños. Según los estudios más recientes, la música puede ayudar directamente al desarrollo cognitivo, previniendo diversas enfermedades de origen cerebral.

Música, mente y corazón

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Los efectos de la música en nuestro cerebro actúan en casi todo este órgano. Grosso modo, cada aspecto musical, tono, ritmo… activa distintas partes del cerebro. En su conjunto, la música incide en todo, desde la corteza externa hasta los núcleos basales más íntimos de nuestro cerebro. Esta estimulación supone mayor desarrollo de nuestras neuronas y la liberación de ciertas sustancias “de recompensa” como la dopamina. También implica la reavivación de recuerdos o la fortificación del lenguaje. Los seres humanos somos todo cerebro, por lo tanto, la música afecta a todo nuestro cuerpo. Nuestro corazón, por ejemplo, se modula automáticamente según los ritmos que estemos escuchando. Ritmos más lentos y tranquilos son la señal para el resto del cuerpo para que se “relaje”. Igualmente, cuando un ritmo se vuelve frenético, el cerebro, retroalimentado, lanza señales para que el cuerpo esté tenso y a punto. En definitiva, la tríada música, mente y corazón es un conjunto indivisible que influye en nuestro estado de ánimo, en nuestra sensación de satisfacción o en nuestras capacidades cognitivas.

Los seres humanos somos todo cerebro, por lo tanto, la música afecta a todo nuestro cuerpo

El cerebro de los bebés

Pero los efectos de la música son especialmente interesantes en los primeros estadios de la vida. Creemos, con bastantes razones, que los bebés nonatos son capaces de escuchar la música incluso dentro de la barriga de las mamás. Y esto tiene implicaciones maravillosas. Los bebés son capaces de reaccionar antes a la música, incluso, que al lenguaje verbal y los sonidos creados por los padres. Esto probablemente se deba a esa predisposición cerebral a captar los patrones musicales. Pero, ¿qué efecto fisiológico tiene? En un reciente estudio realizado por la doctora Pilar Dies-Suarez, del Hospital Infantil Federico Gómez, en México, presenta unos resultados muy interesantes.

efectos de la música
Efectos de refuerzo neuronal en los niños. Fuente: Radiological Society of North America

Escuchar y crear música a edades tempranas (entre los tres y cinco años) mejora las conexiones neuronales y refuerza los circuitos cerebrales. Este refuerzo se nota en la interconexión entre los hemisferios cerebrales y, especialmente, en el cortex prefrontal, que está involucrado en la planificación de comportamientos cognitivamente complejos, en la expresión de la personalidad, en los procesos de toma de decisiones y en la adecuación del comportamiento social en cada momento. Según la experta, esto podría deberse a la necesidad de realizar tareas complejas: escuchar, computar, crear, usar movimientos finos, interpretar.

Es la combinación de estas señales cerebrales, su estímulo, el que genera un refuerzo en las neuronas implicadas. Así, la prueba realizada durante nueve meses con niños mostró un desarrollo notablemente mayor en estas áreas del cerebro. “Cuando un niño recibe clases de música”, explica la Dra. Dies-Suarez, “tiene que realizar una serie de tareas que implican oír, entender, manipular, sentir o, incluso, habilidades sociales. Estas parecen activar diferentes áreas que puede que necesiten crear más conexiones entre sí debido los estímulos que recorren el cerebro”.

El efecto se nota en la conexión entre los hemisferios cerebrales y, especialmente, en el cortex prefrontal

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